Celebrando lo que somos y lo que construimos
EL LEGADO
El Estudio Evoluciona
En este proceso, el control y la propiedad de la firma se transmiten al equipo de gestión. No solo se transfieren los bienes tangibles, sino también los intangibles, como valores, cultura organizacional, relaciones comerciales y reputación.
Es un proceso complejo que transitamos mediante una planificación con visión a largo plazo. Para el fundador, el estudio es la culminación de los esfuerzos que materializaron sus sueños. Para quienes lo recibimos, se trata de una enorme responsabilidad en la que nos proponemos conservar y hacer crecer lo que nos ha sido confiado. Es un compromiso con la evolución y la calidad que son su esencia.
Este legado abarca mucho más que la simple transferencia de activos o responsabilidades de una generación a otra. Implica una conexión profunda con su historia y con las lecciones asimiladas en el trabajo compartido a lo largo de los años. Nuestro compromiso es honrar el pasado y avanzar hacia un futuro que responda a los cambios del entorno.
Para ello, uno de los pilares fundamentales es la preservación de la eficiencia en el trabajo que han definido resultados exitosos. Ese patrimonio conformado por los comportamientos y principios que guían las decisiones diarias son fundamentales para mantener la identidad que cimentó el prestigio del estudio y claves para la continuidad de los proyectos.
Taco Rey es un nombre propio.
Por su generosidad y la confianza depositada en nosotros, subrayamos nuestro enorme agradecimiento hacia el profesional talentoso y hacia la persona generosa que inspira nuestras acciones.


Arq. Guillermo Taco Rey
FUNDADOR
La ausencia de códigos y controles edilicios de una época anterior, causaron un vacío en el desarrollo de una Arquitectura que debía estar vinculada a su esencia e identidad local.
Taco Rey fue uno de los que inició una profunda búsqueda intentando retomar el hilo regional. Un arquitecto que indudablemente dejó su huella en la Patagonia Argentina.
Un fuerte sentido de propósito y voluntad de transformación lo llevó en 1981 a San Martín de los Andes.
La arquitectura siempre fue su pasión y obsesión. No solo tenía el deseo de desarrollar proyectos: había una necesidad de llevar a cabo una visión que fue compartida por su equipo y asociados.
Cuando comenzó a trabajar aceptó la arquitectura como respuesta a un clima, una topografía, una idiosincrasia, una mano de obra, a los materiales de la zona o a una historia que es parte del lugar.
Así, sus ideales y valores lo impulsaron a ser partícipe de la planificación y evolución armónica de la obra urbana, turística y residencial de la ciudad.
Su amor por la Arquitectura fue un medio para plasmar un legado arquitectónico y conceptual que es reflejado en cada proyecto.